La ilustración de la viuda
Santi vio a la señora Matilde guardar en las profundidades de su bolso los fascículos aún envueltos en el plástico. Se alejaba despacio del kiosco en dirección a su casa, arrastrando las zapatillas hasta la entrada del portal. Vivía tan cerca que no le hacía falta cambiarse de calzado salvo en los escasos días en que las nubes dejaban caer algo de lluvia sobre Ciluengos. —Ahí va de nuevo la pobre ... »